
Ayer vi “Diarios de motocicleta”, dirigida por Walter Salles. Me pareció una magnífica película por su alma humana. Las penurias del pueblo sudamericano sufridas en tiempos pasados, y tan parecidas a los días presentes, no pueden dejar a nadie indiferente. Creo que cualquier persona que hubiera vivido aquel viaje que hizo el Che, habría intentado ayudar a esas gentes. Pero son pocos los elegidos los que llevan a cabo la magnífica tarea de realmente ayudar a un pueblo entero, de luchar arriesgando su propia vida.
Pero, hoy en día, ¿qué pensaría Ernesto Guevara sobre las acciones de Fidel?
Volviendo a la película, son pocas las historias que realmente tratan del ser humano en su condición de solidaridad, y no con un propósito lucrativo, sino más bien, el dar por el placer de dar; ayudar a una persona simplemente porque lo necesita, sin pedir nada a cambio, eso es ayudar al mundo entero.