martes, 16 de marzo de 2010
Naturaleza
Este domingo pasado estuve cerca de Peñalara, en la sierra de Guadarrama… y al observar los grandes y frondosos bosques uno se da cuenta de la determinación en el estudio de la naturaleza que realizaron, hace ya algunos siglos, los primeros maestros chinos, y posteriormente japoneses. Cualquier forma misteriosa, madera muerta diseñada con máximo esmero, estilo detallado en cascada, o lo que se nos pueda ocurrir, lo puedes encontrar en la Tierra.
Cuando empecé en esto del bonsái, algunas formas dadas en ciertos ejemplares, me parecían grotescas, pero ya no. Al caminar por las montañas ves que ya todo está hecho, que la vida en sus múltiples variedades se abre camino sin cesar, al igual que la jirafa desarrolló su cuello, un pino hará lo inimaginable para sobrevivir.
Y no voy de erudito por la vida, pero intento seguir los pasos que dieron antaño esos maestros, y al igual que ellos, observo la naturaleza para aprender de ella.
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